sábado, 17 de noviembre de 2007

Para estudiar matemáticas hay que escribir



Y para escribir, se necesita lápiz y papel. En el caso del estudio de las matemáticas, se necesitan varios papeles, entre otros, la hoja de borrador acerca de la cual hablaremos aquí.

Es una hoja que va a la basura al final de la sesión de estudio. En ella escribimos todo lo que se nos pueda ocurrir. En particular, nos interesa escribir los conceptos involucrados en el texto, los resultados que allí se presentan y el desarrollo que nosotros hacemos de los ejemplos presentados.

Como hemos de hacer varias pasadas por el texto, la hoja de borrador contendrá varias "versiones" de nuestra aproximación y comprensión del mismo.

¿Por qué hoja de borrador? Porque los factores que juegan en el discurso son numerosos y variados. Nuestra mente no puede, desde la primera lectura, retenerlos todos al mismo tiempo y la hoja de borrador nos permite escribirlos y hacer referencia a ellos cada vez que los necesitamos. Pero, además, esta hoja es trascendente por que en general los discursos matemáticos son encadenamientos de afirmaciones que se deducen unas de otras y nuestra mente no esta en capacidad de retener en un mismo instante todos y cada uno de los pasos que nosotros vamos encadenando en esos razonamientos.
Es gracia a la hoja de borrador que nosotros podemos identificar los conceptos, las claves y trucos que la nos estar explícitos en el texto, que al no estar explícitos en el texto, nos dificultan su comprensión.

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